L@s alum@s escriben.


DOS SUEÑOS HECHOS REALIDAD

Un día en un colegio llamado Beethoven, vino un alumno nuevo llamado Lucas que era de otro país.
Cuando entró en la clase la maestra le presentó a todos sus compañeros.
Y cuando Lucas supo cómo se llamaban todos, la maestra habló de él un poco. Cuando los niños escucharon que no era de este país y que pronunciaran bien porque él no conocía todas las palabras de España, se empezaron a reir, todos menos Marta. Pero pararon cuando la maestra dijo:
- ¡Ya! - gritando enfadada.
- No os riáis es un niño como todos vosotros.
- No maestra – dijo Juan riéndose.
- Ya vale, lo que pasa es que vosotros sois racistas, vamos que no queréis que ningún extranjero venga aquí ¡pues eso no es, cada uno puede ir al país que quiera a estudiar! ¡Y se acabó la discusión!
- Lucas siéntate con Marta – le dijo al oído.
Lucas le hizo caso, cuando se sentó Marta dijo:
- No te preocupes no les hagas caso, son tontos y no respetan a los niños/as, hombres y mujeres de otros países.
- En mí puedes confiar yo seré tu nueva amiga – le dijo sonriendo.
- Gracias.
Al cabo de varios años, Lucas y Marta estaban en tercero de E.S.O y tuvieron que pensar en lo que querían ser de mayores. Entonces Marta se acordó de aquel día que vino Lucas a su colegio y le dijo:
- ¡Lucas ya sé que voy a ser de mayor!
- ¿El qué?
- Voy a ser maestra ¡y pertenecer al Ministerio de Igualdad!
- ¡ Qué bien! Yo también porque me cuesta mucho aceptar que en cada curso cuando llegan niños nuevos nos tengamos que presentar y se rían de mí por ser de otro país ¡defenderé los derechos humanos!
- ¡Vale! - dijo Marta contentísima.
- ¿Pero Lucas, tendrás que trabajar?
- Sí.
- ¿De qué?
- De … ¡presentador!
Los dos estudiaron un montón, aprobaban todos los exámenes ¡hasta Marta el examen de la oposición!, ¡también Lucas!
Los dos se decidieron presentar al Ministerio de Igualdad, ¡y lo consiguieron!
Se los pasaban muy bien enseñando a los niños la igualdad entre las personas, Marta y Lucas hacían las clases muy divertidas para que las entendieran mejor, hacían juegos educativos...
De todas las clases salían encantados porque entendían y aprendían muy bien.
Un día le dijeron que la próxima clase iba a ser donde la discriminación y la desigualdad se notaba un montón.
La maestra de la clase a la que iban, les pidió por favor que solucionaran el problema de la clase.
- ¿Qué problema es? - preguntó Marta extrañada.
- Pues los niñas nunca traen pantalón ni chandal ¡pero ni para gimnasia!
- ¿Por qué?
- Es que dicen que eso es para niños.
- Vale lo intentaremos – dijeron los dos muy convencidos. Después de la conversación se fueron a la clase.
Cuando entraron, Marta preguntó:
- ¿A que no sabéis que es la desigualdad?
- No.
- Pues, que las niñas son iguales que los niños.
- Claro no como muchos de vosotros/as pensáis.
- ¿Creéis que las niñas pueden ser albañiles?
- No, contestaron.
- Muy mal, si puede ser una mujer, puede ser muy fuerte hasta tanto como un hombre -explicó Lucas.
- Claro una mujer puede levantar una carretilla con un montón de ladrillos – dijo Marta.
- ¿Y un hombre peluquero? -preguntó Lucas.
- No.
- ¡Sí! Dijo una niña y un niño al unísono.
- Muy bien ¡explicadme por qué lo decís!
- Pues porque un peluquero puede peinar y cortar el pelo igual de bien que una mujer – dijo la niña.
- Muy bien.
- Y una persona negra ¿qué pensáis de ella?
- Que no sirve para nada – respondió un niño.
- No, son muy buenos corredores y corredoras ¡ muy buenas personas! Dijo – Marta.
- ¡Ah! ya lo entendemos – dijeron.
- Todos somos iguales aunque el color de nuestra piel sea diferente todos somos iguales.
Así fue como la clase aprendió la igualdad y Marta y Lucas siguieron siendo maestros impartiendo clases sobre la igualdad entre las personas durante muchos años.
FIN.
María Sánchez

Descripción de una persona

Francisco Javier Dandy

Javier es el portero del colegio.
Él tiene el cabello negro y lacio. Casi siempre lleva unas gafas de sol, tiene la frente ancha y las cejas muy pobladas. Sus ojos son negros y grandes.
Su nariz es chata y tiene unos labios muy finos.
También sus orejas sin chiquititas, su piel es morena y tiene una cicatriz un poco más arriba de la barbilla.
Él es un poco bajo y es muy fuerte .
Siempre va vestido con un uniforme azul.
Él es portero y le encanta su trabajo, también le gusta mucho hacer maquetas.
Es ingenioso, espontáneo y muy generoso sobre todo porque le encanta ayudarnos siempre, y también es muy bromista, siempre nos hace reir.
Le gusta arreglar cosas. Tiene muchas cualidades:Es bueno, siempre está contento y le encanta su trabajo.
Para mí no hay ningún defecto en él.
Y su relación con todos es buenísima.
Por todo esto es por lo que nosotros pensamos...
¡¡¡Qué es el mejor portero!!!

Victoria Alcalde


TÚ ME ENSEÑASTE UNA AMISTAD CON IGUALDAD

Había una vez una niña llamada Andrea, tenía cinco años, pero aún así era superlista.
Su cabello era de color marrón-rubio y sus ojos eran como el campo...todo de verde.
Pasados los años se ponía cada vez más lista.
Un día, recién cumplidos los doce, entró en el instituto, tenia una timidez enorme no le gustaba nada hacerse mayor,¡pero nada!
El primer día de clases fue normal, el segundo igual, pero el tercero no fue nada bueno.
La chica se acercó a una muchacha para hacer amistades, y dijo:
-¡Hola!¿Qué tal?
-Bien, bien.
-Bueno, soy Andrea y este es mi primer día de clases aquí.
-Lo sé...-dijo ignorándola-
-¿Sabes....?
Y antes de que pudiera decir la segunda palabra la chica se fue hacia sus amigas porque no la estaba escuchando. Pero por mala suerte, ella les miró en el peor momento, cuando una de ellas les miró, la estaba señalando con el dedo de mala educación y riéndose.
Andrea entristecida, se sentó en un rincón del pequeño banco de aquel patio.
Y de repente se el acercó un chico:
-Oye...tú eres la nueva ¿no?
-Si lo soy, y para que te rías de mi mejor ni te molestes.
-¿Qué? ¡Oh,no,no! Yo te quería proponer que jugaras con nosotros al fútbol.
Necesitamos a uno/a más.
-¿Yo?
-Si
-¿Al fútbol?
-Claro...
-¡Me encantaría!
-Perfecto -dijo sonriendo-
-Pero, ¿me podrías decir tu nombre?
-Oh,lo siento. Soy Daniel.
-Yo Andrea, encantada.
Los dos se fueron a jugar al fútbol, aunque a Andrea le costó mucho aprender,
pero pronto lo consiguió.
Al terminar el recreo las chicas que se habían reído de ella les dijo:
-Soy Dafne, ella es Sandra y aquella es Sara.
-Ah, perfecto. Al fin os decidís a hablar -dijo con una sonrisa-
-Parece que no nos entiendes, ¡ nosotros odiamos a las nuevas!
Así que ten cuidado.
-¿Por qué? Eso es patético.
-Peor será cuando sepas lo que somos capaces de hacerte ''chicazo''.
-¿Perdona? Yo no soy ''chicazo''.
-¿A no ? Entonces, ¿por qué juegas al fútbol?
-Porque es divertido e interesante.
-Eso lo dicen todos los chicos pero no las chicas.
-¿Pero acaso no sabéis lo que es la igualdad?
-Sí, lo sabemos, y no necesitamos que nos lo digas.
-Pues aunque digáis que lo sabéis, os diré lo que pienso yo:
Pienso que es un acto que la gente no cumple de nuestro siglo. Les parece que porque a una persona, por ejemplo a mí, le guste jugar al fútbol, ya tiene que ser chico por obligación total. No importa la edad, nacionalidad...E igual de eso, también se debe respetar la raza de la persona, ¡ a las personas hay que tratarlas igual!
Después de ese discurso, Dafne y Sara se fueron con una cara de enfado, menos Sandra que se le acercó y le dijo:
-Lo siento muchísimo...Nos portamos como unas inútiles es que..
-No pasa nada...
-Gracias -le agradeció-
-Oye, ¿me podrías contestar a algo ?
-¡Claro! ¿A qué?
-¿Por qué le insultáis a las personas?
-Mira, Dafne era mi mejor amiga desde Primero. Y yo siempre la apoyo y estoy con ella en todo.
Sus padres se pelearon y el padre...como me contó ella,murió el siguiente día
-¡Diós mío!
-Ya ves, hasta donde pueden llegar las personas. Pero lo peor de todo es que la madre bebió tanto el día del funeral que se estrelló con un coche.
-Pero...¿todo eso le pasó?
-Si.
-¡¿Y está bien?!
-Sí, bueno, más o menos.
-Lo siento mucho. Y supongo que por eso es así. Sandra, no le contaré
a nadie lo que me contastes.
-Gracias, pero lo único que te pido es que te enfrentes a Dafne y seas su amiga.
Ella no es como parece ser.
-De acuerdo. Desde luégo, hasta ahora, nada es lo que parece ser.
Las chicas se fueron a clase y Andrea empezó a pensar en los padres de Dafne.
Al día siguiente el profesor anunció una excursión al campamento, y a ella le tocó con un chico desconocido llamado Lucas, ella tenía la esperanza de que sea alguien; amable, bueno, que la entienda...Pero eso habría que verlo.
Le preguntó al profesor dónde estaba un chico llamado Carlos,
le dijo que era moreno y de unos ojos azules. Pero el profesor le dijo:
-Macius no está en esta clase, si no en Segundo de la ESO.
Ella disgustada buscó a su compañero 'Carlos'', pero por mucho
que buscaba no lo encontró.
Aunque por un momento pensaba que el mundo se acabaría, por las risas y las miradas hacia ella de sus compañeros, se sentó en una silla y recordó a sus compis de escuela.
Pero de repente sintió una mano apoyada en su hombro. Y así era, había una mano de color negro claro con unas uñas claras. Ella miró a la cara a aquel extraño y
vio una sonrisa brillante. Era un chico, un chico negro.
Ella para no asustarlo y quedarse callada dijo:
-Hola, soy Andrea.
-¿Andrea?
-Si, soy yo.
-Estoy muy encantado.
-Gracias, pero... ¿ Como te llamas?
-Carlos, y lo sé, yo ser negro.
-Oh, ¿que tiene que ver la raza con la amistad? Yo no soy de esas personas que discriminan sin conocer a la persona.
-¿En serio?
-Sí, yo ser tu compañero -dijo con una sonrisa.
''Aquél acénto, le sorprendió tanto...'' pensó Carlos.
-Oye ¿que te parece si empezamos nuestra amistad diciéndonos lo que nos gusta hacer?
-Parecer perfecto, a mí gustar fútbol y leer libros.
-¡A mí también! Yo soy nueva.
-¿A si?
-Si
Se quedaron hablando hasta acabar la clase.
Quedaron en el parque principal para charlar y leer un buen libro.
Por la tarde, después del parque, Andrea, le invitó a casa para merendar.
La madre puso en el mesa una jarra de zumo de naranja y tres variedades de pasteles, sonrió y dijo al amigo:
-Carlos, sírvete tú mismo, estás en tu casa.
-Muchas gracias, estos pasteles tienen una pinta riquísima.
-Me alegro mucho.
Al día siguiente, era el día de la excursión, pero el padre de Andrea llamó a su madre y le dijo que se tenían que ir de allí. Al hombre le habrían ofrecido un trabajo extra en un banco. A la joven se lo dijeron por la mañana, antes de ir al colegio.
La madre el explicó lo que habría ocurrido y dijo que se despidiera de todos sus compañeros que se iban mañana por la mañana.
La niña se quedó triste y en el instituto le contó a su amigo Carlos lo que le sucedía, también se enteró Sandra, y ésta se lo dijo a sus amigas, y así a toda la clase.
A cabo de dos horas, la chica entró en el gimnasio y entonces vio una cartel en el que ponía : '' Feliz despedida, Andrea''. Los ojos se le llenaron de lágrimas, y sus amigos le agradecieron todo lo que había hecho por ellos. Al terminar, cada uno le regaló un colgante con figuritas y dentro una imagen de ellos. El de Carlos tenía una forma muy poco común, un corazón. La joven no quiso saber lo que significaba, y atrás leyó:
'' Moenie vergeet nie ( no te olvidaré en africano)
-Tu me enseñaste una amistad con igualdad''.

FIN


María Klimina